Mínimo laboreo


Práctica agronómica de agricultura de conservación en cultivos anuales, en la que las únicas labores de alteración del perfil del suelo que se realizan son de tipo vertical y, al menos, el 30% de su superficie se encuentra protegida por restos vegetales.


Con esta técnica se consigue que el suelo reciba la menor manipulación necesaria para el cultivo. El suelo se apelmaza menos, por lo que tarda más en aparecer la suela de labor, es decir, se evita la compactación del suelo. Los residuos se dejan en el suelo, por lo que se amortigua el peso de la maquinaria. Ayuda a reducir emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Se reducen las pérdidas por erosión por la presencia de restos vegetales.

Es necesario que el agricultor reciba la formación necesaria para su puesta en marcha y ser capaz de afrontar los inconvenientes que pueden surgir, como la gestión de malas hierbas o de los residuos de la cosecha anterior.